jueves, 30 de julio de 2009

Eduardo Mallea:VIGENCIA DE UN PENSAMIENTO VIVO

Por: Carlos Suárez.

El pensamiento cuando es prolífico, integro y profundo traspasa las dimensiones del tiempo. Esa es la virtud de aquellos que al escribir expresan junto a sus sentimientos y emociones, la pureza y simplicidad plasmada en sus letras, rompen esas barreras del tiempo y hacen que sus ideas permanezcan siempre y no caigan en el pasado, es decir; no se sumen en el tiempo, no pasan.
Esto mismo es lo que se da en el pensamiento de Eduardo Mallea, como si al paso de los años sus ideas parecieran actualizarse con el acaccionar mismo de nuestra realidad. Así vemos con tristeza que el hombre de la sociedad que él nos describiera en Historia de una pasión Argentina, tiene más vigencia en nuestros días. Se ha instalado en nuestra sociedad, ha echado sus raíces y sus frutos, son el deleite de aquellos que viven de la apariencia, de lo falso y de lo efímero.
Será que aún no nos hemos propuesto volvernos hacia nosotros mismos, y buscar la verdad en el interior de nuestra conciencia, como nos lo propusiera Eduardo Mallea, ... no debemos buscar la exaltación en los valores ficticios... es lo que nos propone día a día este pensador, pero aturdidos por las apariencias en las que vivimos, hacemos oídos sordos a sus palabras y nos congratulamos en una existencia artificial, en la que nos encontramos.
Por donde ahondemos nuestra observación, grande será la decepción al comprobar con tristeza, cómo hemos perdido hasta los mínimos valores de esta sociedad, y más aún si creemos estar en el camino correcto, cuando la realidad nos está mostrando lo contrario. Del mismo modo vemos como algunos queriendo figurar, nos dicen tener soluciones, cuando ellos mismos, sin ser íntegros, son vacíos, sin creencias ni buenos propósitos y solo buscan satisfacer sus apetitos personales. Esta es la sociedad de nuestros días que vería Eduardo Mallea, una sociedad inficcionada, por nosotros mismos como él lo llamaría.
Pero como él mismo nos dijera: ...debemos levantar el espíritu y abrir los ojos a esta realidad, buscar el momento fértil de nuestras vidas, y dejar que sea nuestra alma, la que nos diga cuales son nuestros odios fuertes. Qué es lo que llevamos en nosotros frágilmente. Qué es lo que llevamos hecho ruinas y que tenemos de naturaleza imbatible..., sólo cuando adecuemos nuestro mundo interior al mundo sensible, verán nuestro ojos una sociedad nueva, prospera y más digna de nosotros mismos.
Y realmente como él lo dijera, ...la maduración implica un desarrollo de dolor. En el hombre su capacidad de existir y aprender es la que al madurar soporta padecimientos, esfuerzo por vencerse a sí mismo para sobrepasar un estado y llegar a otro superior...
Si no entendemos que para avanzar muchas veces tendremos que retroceder y buscar en nuestros pensadores los conocimientos que estos nos dejaron, para que con ese impulso podamos abrir nuestros propios horizontes,y así poder avanzar firmemente, si no lo entendemos así, estaremos negando nuestro futuro.
El día que entendamos como lo entendió Eduardo Mallea, que es el destino moral el que debemos buscar, y no el material que hoy nos regocija, ese día habrá ganado aquel hombre invisible que llevamos dentro cada uno de nosotros, y será otra la realidad que tengamos que contar.

CASN/08-1998
BS.AS.ARGENTINA

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