El personal doméstico es uno de los segmentos del mercado laboral que cuenta con mayor evasión previsional en el mundo. Son muchos los factores que obligan a las mujeres a entrar en esta rama laboral, ya sea en sus propios países o en el extranjero. Por ejemplo el incremento de la pobreza, la destrucción del sector agrícola o las crisis económicas.
Según un reciente informe de Human Rights Watch este segmento de la población por lo general tiene que enfrentar discriminación de género aunada a la discriminación por clase social, raza, etnicidad o casta. Debido a que la mayoría de estas mujeres provienen de estratos económicos muy humildes, tienen poca educación y cuentan con escasas habilidades fuera de las necesarias para llevar a cabo labores domésticas. El limpiar, cocinar y cuidar a niños y ancianos son las labores que universalmente son conocidas como “trabajos de mujer”. La labor doméstica es por lo tanto, una de las pocas oportunidades de empleo abiertas a las mujeres de escasos recursos.
En la Argentina pese a  que el Senado  aprobara  en el 2005 una  ley  para combatir el trabajo informal, del personal doméstico; y penas de hasta  prisión para los empleadores que no depositen en tiempo y forma las cargas patronales, las irregularidades aún persisten. 
Esta es  una de esas historias que así lo confirman. Sabina es una mujer trigueña de ojos claros, delgada y bajita, dice tener 35 años, aunque aparenta más, nos suplica no publicar su apellido. Nos cuenta sentada en una banca del parque las Heras su historia. Mientras observa de cerca al niño que cuida. Notamos en ella por momentos  alegría y entusiasmo al contar sus recuerdos, pero también observamos como ella baja la mirada y se entristece hasta el llanto, al contarnos otras cosas que tal vez le causan mucho dolor y  bronca. 
Sabina es peruana y  nos contó lo siguiente.
¿Cuánto hace que que estás  en Buenos Aires?
Llegué en el ´97, después de que Fujimori cerrara la fábrica donde trabajaba mi esposo. En ese tiempo no conocía a nadie acá.  Al principio fue muy duro, pronto se me terminó el dinero que había traído, y no podía tramitar mis documentos. Acá la gente se aprovecha cuando sabe que estás indocumentada.
¿Cuándo vivías en Perú, trabajabas?
Yo estudié hasta el cuarto año Bromatología y Nutrición en la Universidad de Ica, pero no terminé. En ese tiempo trabajaba en una farmacia donde conocí al padre de mis  hijos, luego el dueño cerró la farmacia y nos quedamos sin trabajo, hasta que mi esposo pudo entrar a trabajar en una fábrica, cuando cerró tomé la decisión de venir a probar suerte. Al principio fue muy duro, no tenía a donde estar. Me conseguí una pieza en Once con otros compatriotas. Ellos me decían: "arreglá tus papeles, no seas tonta, tu puedes estudiar", pero la plata no me alcanzaba y como tenía que mandar para Perú nunca me alcanzaba. Así estuve un tiempo indocumentada, laburaba de lo que había, trabajo decente por cierto aunque me pagaran una miseria y me trataran mal.
¿Te sentiste discriminada alguna vez?
Mira, no creo porque sería como si yo misma me humillara o me sintiera inferior. Y no soy menos que los demás. Tal vez no he tenido las mismas oportunidades que otras, pero no soy inferior. Acá la gente discrimina, no todos claro, por el sólo hecho de que seamos negritos como ellos nos llaman. Hasta a su misma gente lo discriminan. Yo viví con mucha gente del interior del país y vi cómo los trata el porteño. Ellos son como dicen “unos hijos de puta” no se debe tratar mal a la gente por el hecho de ser de otro color o ser pobre. Ni qué hablar de los bolivianos que son de menor escala  de acuerdo como ellos nos ven. A mí al principio me trataban así de lo peor, por ser negrita, por ser peruana, por estar indocumentada. Cómo crees que me veían cuando iba a buscar trabajo, varias veces me acusaron de ratera para no pagarme y señoras que parecían bien decente.
¿Si tuvieras la oportunidad de volver a tu país lo harías?
Quisiera decirte que sí, uno extraña su tierra, su familia. Allá tengo a mis padres y a mis hermanos, uno extraña a su gente, nosotros somos más unidos con la familia. Todo lo conversamos, lo contamos entre la familia. Acá no es así, y eso uno extraña. Dicen que Perú mejoró un poco. Yo no he vuelto desde que me vine. Pude traer a mis hijos que era lo que más quería, tenerlos junto a mí. Por eso te digo no sé si me volvería, ya están terminando la secundaria acá y ahora nos va mejor. Ellos extrañan al padre, aunque es una relación que se terminó porque sé que ahora él tiene otra mujer, es algo que quiero olvidar. La vida es así, son las concesiones que hay que hacer. Tuve que sacrificar mi matrimonio para salir adelante, Dios sabe que fue así, y no quiero recordar más porque  esto me pone mal… te lo digo en serio....
¿Cuándo te dieron el documento argentino?
Recién hace dos años que pudimos regularizar nuestra documentación, a mis hijos ya no lo querían tener en el colegio. Ellos vinieron a estudiar la secundaría acá, ya iban por el segundo año y nos pedían los documentos. Gracias a Dios salió ese programa que llaman “Patria Grande” y pudimos regularizar los papeles, nosotros teníamos todos lo que nos pedían, yo les traje a mis hijitos con todos sus documentos, inclusive tenía una autorización firmada por el padre porque ellos son menores de edad, pero no podíamos sacar el DNI. Siempre me decían: "te falte este papel, te falta este otro" y así nunca podíamos. Hasta que salió este programa de Normalización Documentaria y por fin nos dieron el DNI. Mi hijo el mayor termina este año la secundaria y mi hija el próximo, pero ahora gracias a dios es diferente ya tenemos DNI argentino.
Y ahora que tienes DNI argentino ¿Te pagan los beneficios sociales que te corresponden?
Mira, ése es el problema, yo nunca quise quedarme en un solo empleo y con cama adentro. Un tiempo estuve así,  pero acá te esclavizan. Acá la gente si no te haces valer te trata de lo peor. Por eso decidí trabajar por horas. Yo tengo dos empleos. En el día me encargo de cuidar a este nenito, es hijo de un matrimonio joven, los dos trabajan, y yo me encargo del nene hasta que regresa su mamá, ella sale de trabajar a las 4, eso es de lunes a viernes y así tengo libre los fines de semana, Pero por las noche voy a limpiar las peluquerías, eso son dos horas, es de martes a sábado y solo por las noches. Lo hago con otra amiga y nos pagan bien, pero no tengo un seguro ni obra social.
¿No crees que debes reclamarles al matrimonio joven para que te paguen tu obra social?
Si pero no quiero causarles problemas, aunque ellos me dijeron que si necesitaba algo sólo debía pedirles, además me he encariñado con el nene y nos llevamos bien, el señor es buena gente. Te diré que he estado con otros que eran peores. Recuerdo que hasta me hacían comer las sobras. Ellos no, como lo mismo que cocino para todos y cuando van a pasear, me llevan. El verano pasado estuvimos en Mar del Plata, yo no conocía,  ellos me llevaron. También fuimos a Bariloche. Ya conseguiré otro empleo donde pueda pedir mis beneficios sociales. Aún soy joven y puedo trabajar, no lo crees?.
CASN
Bs.As. Argentina
MIÉRCOLES 14 DE OCTUBRE DEL 2009.
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